FECHA: 10 DE JULIO DE 2014
DISCURSO SESIÓN DÍA DEL PERIODISTA
Morela Escalona
Celebrar, recordar,
rendir homenajes al Periodismo en Venezuela son situaciones que se vislumbran
durante el mes de junio. Vale recordar que desde 1941 hasta 1964 se festejaba el
24 de octubre, en homenaje al primer número de la Gaceta de Caracas, pero fue a
partir de aquel 27 de junio del año 1965 cuando se instituyó en Venezuela el
“Día Nacional del Periodista”.
Fuentes históricas
revelan que su origen deriva de la publicación y circulación del primer
ejemplar del Correo del Orinoco creado por el Libertador Simón Bolívar el 27 de
junio del año 1818, bajo esa preocupación permanente de informar y hacernos
libres.
Durante ese día y los
cercanos a la fecha nos avocamos en todos y por todos los medios a hablar,
escribir, discutir sobre la ética periodística, el equilibrio informativo, la
objetividad, el periodismo responsable, sobre ser garantes de la verdad,
libertad de expresión y hasta criticamos a quienes se dedican a la comunicación,
pero no tienen el título académico, demostrando poca comprensión al sentido de
comunicar que muchos de ellos (quienes no poseen título) practican con
sapiencia propia, responsable aprendizaje empírico, alto compromiso y con la
sana experiencia de convivir y sentir la realidad; muchas veces escuchamos
frases como: “sin título no se es periodista” considero que quien piense así
poco sabe de los verdaderos cambios de esa comunicación para el cambio social,
más aún cuando convivimos con una red y circuitos de medios comunitarios
combatientes montados en la tarea de informar.
Claro está, ni el
egresado de la academia, ni el egresado de la sabiduría popular puede
permitirse escuchar expresiones tan vagas como: “eso de reportar e informar es
tarea fácil, sencilla, de lo que se trata es de tomar la fotico y redactar la
notica” más aún cuando desde los mismos medios de comunicación promocionan y
hacen el llamado a que cualquiera puede reportar, sobre todo en las redes
sociales con secciones como YO SOY REPORTERO, REPORTERO POR UN DÍA, YO REPORTO,
YO LO CUBRO como si se tratara de un concurso, no comprendo si lo que buscan
realmente es informar o medir la audiencia.
Figuras célebres,
sabias y revolucionarias del mundo como aquel que habló con mucha firmeza sobre
el capitalismo salvaje, Karol Wojtila, el Papa Juan Pablo II fue muy acertado
al afirmar: “pocas profesiones requieren tanta energía, dedicación, integridad
y responsabilidad como ésta y además al mismo tiempo, pocas son las profesiones
que tienen tanta incidencia en los destinos de la humanidad”.
Imagínense “tanta incidencia en los destinos de la
humanidad”, es decir de sus pensamientos, de sus culturas, de sus
emociones, de sus patrones de conducta, de sus gustos, de su ideología,
definitivamente todo un reto para los periodistas, quienes en toda esta
responsabilidad deben trabajar con la materia prima llamada “VERDAD”, pero ¿Es
verdad, que la verdad existe?
Plantean: la verdad
no existe, cada quien tiene su propia verdad, siempre hay medias verdades, eso
de la verdad depende de intereses, hay quienes incluso afirman que la primera
víctima en una guerra es la verdad; mientras que otros no se cansan de explicar
y luchar por la verdad.
Lo cierto es que los
periodistas no debemos ni podemos informar sobre la base de la mentira,
entonces si es posible la existencia de la verdad, muy bien lo explicó el
reconocido periodista venezolano Eleazar Díaz Rángel: “la información siempre
debe enfrentarse con la verdad, porque la mentira tendría piernas cortas y
nunca podrá imponerse”.
No se puede caminar
todo el tiempo sobre la mentira, pero sí se puede ser militante de la verdad,
esta verdad atropellada muchas veces por la inmediatez o por el bombardeo de
medios y redes sociales, desde donde muchos pueden confeccionar su verdad sin
medir consecuencias revelando la poca o nula importancia que le otorgan a lo
que cité anteriormente: “pocas son las
profesiones que tienen tanta incidencia en los destinos de la humanidad”.
Recordando al Gigante Hugo Chávez, él, no se cansó en
explicar que “No hay fuerza moral más poderosa que la verdad”, allí radica el
verdadero ejercicio del periodismo.
En Venezuela con la mentira se ha llegado a tratar de
ignorante a su población, se dice que en el país se cercena la libertad de
expresión, se afirma en Twitter “tumbada la conexión al Twitter, al
internet y lo escriben y lo leen
por twitter a través de la internet;
escuchamos y observamos programas de opinión donde aseguran que en Venezuela
hay dictadura y no hay libertad de expresión.
Y es que en ese ejercicio del periodismo y ejercicio de
la verdad, nos topamos con la llamada “Libertad de Expresión” ¿De quién de los
ciudadanos, de la sociedad?
En la serie textos breves de la colección Comunicación
Responsable del Ministerio del Poder Popular para la Comunicación y la
Información escribieron sobre esa libertad y critican como organizaciones gremiales
como la Sociedad Interamericana de Prensa (la SIP) se esmera en definir qué es
la libertad de expresión y además establecer los principios que identifiquen
quién respeta esa libertad y quién no, situación que también es afinada por el
Colegio Nacional de Periodistas (CNP) al cual pertenezco, donde sus
representantes a nivel nacional ratifican la inexistencia de la libertad de
expresión en Venezuela asegurando: “se impone el silencio como una forma de
sobrevivir, aunque los venezolanos sufran las consecuencias debido a presiones
y censura”
¿Hay censura cuándo hay libertad absoluta de criticar e
incluso insultar abiertamente a las acciones del Gobierno venezolano, a su
mandatario y autoridades? En Venezuela, en ocasiones, algunos traducen en que
defender la libertad de expresión es defender al Gobierno, afirmar que existe y
se practica lo relacionan con ser chavista.
Pero repasemos el procesamiento de las noticias en los
medios: el jefe de prensa da la pauta, el periodista se va a la calle,
entrevista, indaga, luego regresa con el material al medio a procesar el
producto, la noticia, pero en nuestro interior persiste la línea editorial y
aquel periodista que no se adecúe a ella en los medios de comunicación
probablemente esté despedido, y a quién le pertenece la línea editorial: ¿Al
periodista o al dueño de medios?
Es de reflexión, en el fondo probablemente estamos claros
que le pertenece al dueño de medios sea del sector privado o sea del Gobierno,
es en el ámbito patronal donde se moldea entonces la libertad de expresión,
sobre la base de intereses económicos y también políticos.
En el ámbito privado muy bien lo explicó a quien ya cité
anteriormente, Eleazar Díaz Rángel, ¿Libertad de Prensa o libertad de empresa?
Asimismo un periodista cubano, Ernesto Vera, advierte: “la libertad de
expresión es un derecho individual, del cual se deriva la libertad de prensa,
pero en el tiempo de los medios masivos se convierte en un derecho colectivo.
Es entonces un derecho de la sociedad y no de los dueños de la gran prensa”.
Las organizaciones gremiales como el CNP, por ejemplo, no
se cansan de defender la libertad de expresión como derecho, hemos visto como
activan importantes concentraciones y protestas porque no hay Libertad, porque
hay represión al ejercicio del periodismo, pero nunca las vemos defendiendo en
manifestaciones los derechos laborales de los periodistas, su seguridad social,
su respeto al trabajo digno. Persiste el salario mínimo, persiste la
tercerización, persiste el no pagar horas extras, persiste la excusa
“tranquilo, tranquila estás aprendiendo” y esto ocurre tanto en algunos medios
privados como públicos ¿Hasta cuándo el gremio se convierte en instrumento para
la política que defiende la libertad, pero no defiende en la integralidad a sus
agremiados?.
Recientemente en una capacitación que asistí sobre
derechos humanos para periodistas ofrecida por la Defensoría del Pueblo del
estado Lara una de las conclusiones a las que se llegó fue que los trabajadores
de los medios se han convertido en los grandes protectores de dueños de medios;
bueno saque cada quien su verdad al respecto.
El día que nosotros, los periodistas, defendamos la
profesión y no a los dueños de medios, ese día, habremos dado el paso para
saldar una asignatura pendiente en el verdadero proceso de la defensa
gremial de nuestros derechos.
Recordando de nuevo al Gigante Hugo Chávez: “El derecho a
la comunicación es uno de los derechos humanos fundamentales” somos los
periodistas, los comunicadores sociales los responsables de garantizarlo contra
viento y marea.
Ser periodista no se trata de un asunto peligroso, que
está en permanente riesgo en Venezuela es un asunto de vocación, dignidad y
ética y quienes lo relacionan o lo dedican a la práctica del llamado
palangrismo y lo ven como negocio, pues les digo se equivocaron en la elección
de su profesión.
Quienes la ejercen para construir sociedad, viendo e
interpretando a la comunicación como un elemento fundamental para sembrar y
cosechar el cambio social y en definitiva para hacer Patria acertaron bien en
su elección como profesión, que a la larga se convierte en una forma de vida.
Actualmente vivimos en el país un proceso histórico para
hacer la Revolución de la Comunicación. Toca a nosotros los y las periodistas
vincularnos profundamente con el valor ético de la profesión, distinguir entre
la necesidad de informar, de expresar, de comunicar más allá de los intereses
que privan en lo económico, en lo ideológico, en lo político; nos toca a
nosotros los y las periodistas, ser protagonistas de un proceso que libere no
sólo al gremio de las ataduras clientelares, sino que también vinculen al
periodista con los procesos que requieren cambios estructurales en la conducta
y en la manera de comunicar.
Somos nosotros garantes, de alguna manera, de lo que
necesita el pueblo como sociedad informada, no se trata de rendirle culto o
pleitesía a un proceso, a un empresario, no se trata de rendirle mucho menos
favores o ponernos a merced de lo que implica un proceso de cambio en
Venezuela, se trata de ponernos del lado de la verdad porque cuando negamos la
verdad, nos ponemos de espalda a lo que el pueblo quiere, interpreten o
interpretemos cabalmente lo que afuera en la calle se piensa y se dice de la
comunicación, somos nosotros los garantes de la verdad y no los dueños de los
medios y mucho menos quienes pautan la línea editorial.
Los periodistas debemos ser corresponsables en la
grandeza de la profesión que va más allá de un título, somos nosotros los
llamados a combatir, a organizarnos para transcender en la profesión que hoy en
día reviste un interés, para bien y para mal, un interés que muchos lo ven como
punto de apoyo para doblegar la verdad y otros lo ven como punto de apoyo para
decir las necesidades, las denuncias, las verdades, lo positivo de la gestión
social de las comunidades y visibilizar al pueblo.
El colectivo venezolano, en su generalidad, en los
últimos tiempos de la mal llamada polarización clasifica a los periodistas de
la siguiente manera: el periodista chavista y el periodista opositor, estoy
segura que hoy aquí en este espacio estamos presentes estas dos categorías, a
ustedes colegas, amigos, camaradas, compatriotas, compañeros, recién conocidos,
como se quieran llamar, con ustedes comparto enunciados publicados en la
primera edición del Correo del Orinoco aquel 27 de junio del año 1818,
periódico combativo que nació de las grandes luchas por la Patria, imprime
textualmente: ¿Por qué no nos unimos de una vez, por qué no nos abrazamos y
somos todos libres y nos volvemos a llamar hermanos? “Somos libres, escribimos
en un país libre, y no nos proponemos engañar al público”
Muchas
Gracias
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