Luis Britto García.- Firmo en la piedra donde Amalivaca
creó nuestra humanidad sembrando semillas de moriche. Suscribo con Guaicaipuro, que sólo sabe leer el Ana Karina Rote de
la resistencia y del amor por los bosques y los mares.
Soy abajo
firmante del Negro Miguel, que escribe el toque incendiario de los tambores de
los esclavos sublevados en Buría.
Me solidarizo
con la sonrisa tímida de Tío Conejo, con el vergel donde poda sus rosas Doñana,
con el canto del becerrero que enamora a la estrella de la mañana.
Firmo el
pensúm del pedagogo errante que enseñó a su discípulo a inventar o errar en el
libro infinito de la naturaleza.
Suscribo el
acta del 19 de abril de 1810 que nos imparte el audaz bautizo de la
Independencia.
Respaldo la
firma de los pasos que peregrinan desde el Monte Sacro hasta el Chimborazo y de
allí a San Pedro Alejandrino.
Trazo las
lanzas que subrayan en Ayacucho la libertad del Continente. Caligrafío los
lazos del Congreso Anfictiónico que nos unen con- tra las cadenas de los
Imperios.
Sigo la
estela de quien ara en el mar para no dejar más nombre que la espuma.
Asumo el
grito de Tierras y Hombres Libres que abisma en un solo temblor a oligarcas
yertos de rabia.
Refrendo el
Decreto de Abolición de la Esclavitud para consagrar tardíamente en 1854 lo que
el Libertador dispuso desde 1814.
Asiento con
tiza al Decreto de Instrucción Primaria Pública, Universal, Gratuita y
Obligatoria. Autografío mis señas bajo la proclama contra La Planta Insolente
del Extranjero que ha profanado el suelo sagrado de la Patria.
Sanciono el
inventario de las estrellas del páramo consignado por la Loca Luz Caraballo.
Suscribo el fulgor del Caribe en las telas de Reverón.
Comparto el
contrapunteo con el que espantamos al Diablo cada vez que trata de comprarnos
el alma.
Estampo la
bienvenida en la mano del indocumentado que huye de los mundos devastados.
Con el creyón
que tachó el analfabetismo rubrico la salud, la vivienda, las prestaciones
laborales, la educación gratuita en todos sus niveles y para todos.
Firmo con la
sangre de los que fuimos, el latido de los que somos, la semilla de los que
seremos, para ahogar con el amor toda amenaza contra esta patria en la que
vivimos y viviremos en la inagotable perpetuidad de la alegría.brittoluis@gmail.com
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