Este martes se cumplen 29 años de aquel 27 de febrero de 1989, que
marcó la historia del heroico pueblo venezolano que decidió salir a la
calle para exigir el cese de las políticas neoliberales impuestas por el
gobierno de Carlos Andrés Pérez (CAP), recomendadas por el Fondo
Monetario Internacional (FMI) y conocidas como el “paquetazo económico”,
que afectaban significativamente a los más pobres y vulnerables.
La aplicación de esta política neoliberal implicaba la disminución de
la inversión social, la privatización de las empresas públicas, el alto
costo y la escasez de alimentos, entre otras medidas.
El “paquetazo” de CAP sometió al pueblo a la liberación de las tasas
de interés, aumentos del precio de la gasolina e incremento en el costo
de los servicios públicos; así como eliminación de subsidios como el
pasaje estudiantil y control de cambio.
Esta Rebelión Popular espontánea inició en Guarenas, estado Miranda,
pero luego se extendió a la capital del país. Ya en horas de la tarde en
toda Caracas los comercios habían cerrado y el transporte público no
prestaba servicio.
Las fuerzas militares y policiales dirigidas por el gobierno de ese
entonces, iniciaron la brutal represión donde usaron unos 4 millones de
balas. A esta masacre se le conoce como El Caracazo.
De acuerdo a las cifras oficiales, estos hechos dejaron unos 300
muertos y más de 1.000 heridos, pero reportes extraoficiales señalan que
hubo unas 2 mil personas fallecidas, miles de heridos e innumerables
desaparecidos. También se registraron enormes pérdidas económicas y
materiales.
Para la época, la institución castrense se caracterizaba por un
marcado distanciamiento de la población civil, propiciado por las mismas
élites gubernamentales, que promovían la división y establecieron
barreras entre ambos sectores de la sociedad.
Los indicadores de ese período de Gobierno reflejan que la economía
sufrió una contracción de 8,1% por ciento y la tasa de inflación alcanzó
84,5%, mientras que el índice de pobreza alcanzó al 62% de la
población, estando 30% de ellos en pobreza absoluta.
La chispa que encendió la Revolución
Este hecho histórico fue calificado por el Comandante Hugo Chávez
como “la chispa que encendió el motor de la Revolución Bolivariana”, al
recordarlo también como un acontecimiento importante para toda América
Latina.
“Con el 27-F una nueva historia comenzaba en Venezuela con la
rebelión de los pobres, con la conciencia de lucha, de batalla, que
encarnó en las seculares víctimas de la desigualdad y la exclusión. Una
nueva historia escrita con la heroica sangre del pueblo venezolano”.
El líder de la Revolución Bolivariana repetía, con sobradas razones,
“que el 4 de febrero de 1992 fue la consecuencia inmediata del 27 de
febrero de 1989”. Resaltaba además que el 4-F representó la ruptura con
el sistema capitalista y abrió la puerta de entrada al sistema
socialista.
“Tres años después, nosotros salimos fue a responderle al pueblo
mártir del 27 de febrero de 1989. Se trató del pueblo masacrado, un
pueblo traicionado muchas veces. La masacre recorrió todas estas calles,
desde Petare hasta El Valle. La tragedia de El Caracazo, nos golpeó el rostro a los soldados venezolanos”, declaraba el Comandante cuando rememoraba la revuelta.
El pueblo del 27 de febrero encontró un líder, Hugo Chávez y un
proyecto: la Revolución Bolivariana. Ese momento marcó el inició de un
camino hacia la justicia social y de una lucha que aún continúa, en
defensa de las conquistas sociales, de la paz, de la soberanía y la
Patria.
Prensa Digital Mippci con información de Agencias
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