(CRLR) Tres de las cuatro osamentas descubiertas en un área de dos metros cuadrados en Playa Bonita, en el estado Lara (Barquisimeto), serán desenterradas en enero del 2022, por equipo de expertas del Museo Arqueológico y Paleontológico “Francisco Tamayo de Quibor”, y las mismas, no corresponden a restos humanos recientes, sino de indígenas del pasado venezolano por lo que presumen que el sitio arqueológico pudiera ser de mayor tamaño.
La información fue precisada por la arqueóloga, Rubia Vásquez, directora de la mencionada instancia, con sede en el Municipio Jiménez (Quibor) y quien junto a su colega Ivel Urbina procedieron el pasado 16 de noviembre, al rescate de la primera osamenta (cuerpo completo) y algunos objetos como vasijas.
Las osamentas que aparecieron en la parroquia Juan Bautista Rodríguez, junto a las vasijas, “nos indican que son fase boulevard”, develó la arqueóloga Vásquez, describiendo que es un momento histórico que data de 1500 a 1800 años de antigüedad.
Igualmente, tipificó que el mencionado lugar presenta características multi-componente ya que se han conseguido materiales cerámicos de diferentes temporalidades de las poblaciones aborígenes que ocuparon el centroccidente venezolano.
Meritorio destacar que desde el pasado 20 de octubre del año en curso, el equipo con pericia arqueológica, llegó al sitio del descubrimiento de los restos humanos y materiales en el sector Playa Bonita (Jiménez), en donde unos obreros realizaban pozos para reforzar paredes perimetrales de un galpón de propiedad privada.
A partir de allí y con fundamento en la Ley de Patrimonio Cultural, promulgada en 1993, asimismo bajo la autorización del Instituto de Patrimonio Cultural (IPC), con sede en Caracas, exigieron la paralización de la obra civil y procedieron a la primera excavación en un área de dos metros cuadrados para preservar el descubrimiento de gran valor histórico.
“En área donde se hizo el rescate mide dos metros cuadrados, ahí se encontraron cuatro osamentas, lo más probable es que el sitio arqueológico sea mucho más grande”, dijo Vásquez.
En torno a la determinación de edad, sexo y motivo de muerte de la osamenta, la investigadora dejó claro, algunos aspectos de dicho procedimiento, “el proceso de identificación se realiza en el laboratorio del Museo, pudiera durar un mes después que se encuentren todos (osamentas y objeto) porque se hace limpieza que es un proceso lento y mucho cuidado para preservarlas”.
Además, en caso de que estén húmedas las piezas desenterradas deben dejarse secar muy bien, con la finalidad de garantizar su revisión y estudio.
Por otro lado, Vásquez dio referencia histórica indígena por tratarse de cuerpos completos enterrados, con la cabeza hacia el este, de forma conjunta, posición extendida otros en posición fetal y acompañados de vasijas que se constituían en ofrendas a los muertos.
Visión de pueblos aborígenes
El principal chamán de los gayones en el Municipio Iribarren (Barquisimeto), Asdrúbal Mujica, compartió en exclusiva para ÚN sus impresiones ante el descubrimiento e investigaciones emprendidas por el Museo Arqueológico y Paleontológico de Quibor, el pasado 20 de octubre en el sector Playa Bonita.
Como autoridad legítima y encargado de que se practique la cultura de su pueblo aborigen, Mujica, aspira que los investigadores determinen los años de existencia de las cuatro osamentas encontradas, sugiriendo que, “desde la fundación de la tierra han existido los pueblos indígenas que históricamente, surgen de los primeros pobladores (…) que vinieron de las cavernas y según va avanzando la civilización va creciendo la población y los pueblos van cambiando según lo que vaya progresando en la tierra. Nosotros somos de la tierra si ella mejora nosotros lo hacemos y si desmejora pues el efecto redunda en nosotros también”.
Añadiendo que por eso la simbolización de conseguirlos enterrados de esa manera, en vasijas, “eso data desde la fundación del mundo, desde que hay conocimiento del ser humano pues ha habido diferentes metodologías de cómo enterrar a nuestros ancestros”. Ocurría dependiendo del rango dentro de la comunidad o si era una autoridad legítima.
Al respecto explicó: “La cabeza hacia el este, significa que eran de la comunidad, no se trataba de altas autoridades (cacique, chamanes o jefe), estos se enterraban sentados e incluso hasta parado porque era dependiendo la cultura que existía en ese momento. Aunque seamos el mismo pueblo, tienen particularidades cambiantes según la cultura, depende del Chamán, la tradición que venimos compartiendo de generación en generación”.
Reconoció que en los museos del Tocuyo (Morán) y Quibor existen muchas pertenencias, como collares, pecheras que corresponden a sus ancestros.
Sobre Playa Bonita en el municipio Jiménez, Mujica detalló que desde hace muchos años, los arqueólogos han protagonizado excavaciones, “por las grandes batallas que se lucharon ahí por muchísimos años”, reseñó que se trataba de un territorio muy próspero, en donde pasaba un río que les permitieron a los pueblos asentados vivir de la pesca y la caza.
“Ese territorio era muy próspero y van a conseguir muchas osamentas desde hace muchísimos años, incluso hasta tesoros hay enterrados ahí” comentó según explicaciones contadas por los Abuelos gayones.
En ese tiempo los españoles decían que los chamanes indígenas tenían el Apuchí principal (se referían al diablo) capturado durante el día en una cueva, y en la noche, lo sacaban a trabajar en los valles de El Tocuyo y de Quibor, ya que al otro día amanecía la siembra rozagante y cultivada.
El estudio antropológico que realiza, actualmente, el Museo Arqueológico y Paleontológico de Quibor, lo consideró Mujica, como muy importante, destacando, “ya que venimos de no tener nada al reconocimiento de nuestra cultura, el respeto de nuestros pueblos y la consolidación de los asentamientos aborígenes”.
El también consejero de Políticas Públicas del Municipio Iribarren, indicó que la información que maneja ha pasado de generación en generación, bajo el método de oralidad por parte de los Abuelos aborígenes que se encuentran en las comunidades gayonas y ayamanes que habitan en el estado Lara.
Los valles de Quíbor (Jiménez), Humocaro Bajo, Humocaro Alto, El Tocuyo en el municipio Morán, fue territorio indígena de los gayones, y desde ahí, compartían con los Timotocuicas y Axaguas ubicados también en el centroccidente venezolano (hoy estado Lara).
Los anteriores asentamientos gayones provinieron de los Caribes que practicaban y vivieron de la pesca y la recolección. Sus tierras se unían a la de los gayones ubicados, hoy día, en Bobare, municipio Iribarren, asimismo, con los Cuibas en el estado Falcón (Coro), los Jirajaras en el estado Yaracuy (San Felipe) y los Yaruros en Portuguesa (Guanare) y tierras llaneras, por medio de “un camino de sal o camino real”, especificó Mujica.
También informó que “existen diez mil legua que son del territorio indígena Gayón”, en las que se incluyen los lugares antes señalados y a la población de Tintorero, en el municipio Jiménez.
En la actualidad, el máximo líder del pueblo gayón confirmó que no existen asentamientos indígenas en el espacio arqueológico en donde se realizan las investigaciones desde el pasado 20 de octubre, en torno a ese aspecto fundamentó lo siguiente: “Justamente, los españoles llegaron en Quibor y El Tocuyo, y ahí, fueron los aborígenes muy azotados en ese momento”. Fotografías Archivo del Museo Antropológico y Paleontológico de Quibor. Fuente: ÚN.
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