Yaracuy: Mundo de oportunidades para el crecimiento del productor


** Estamos ante el nacimiento de un nuevo modelo económico, distinto al capitalismo. Quienes apostamos por la producción, sabemos que el dicho “tiempo de crisis, mundo de oportunidades”, se cumple.



(Fondas - Yaracuy / Johan Linares).- A la luz de una situación país, donde el reimpulso a la producción de alimentos es uno de los retos para mejorar la economía nacional, el estado Yaracuy, se perfila como una de las regiones más tranquilas, con grandes oportunidades para el crecimiento económico del productor agrícola, pecuario o conuquero, por su excelente clima, suelos, agua y toda la infraestructura estatal al servicio de las actividades productivas del campo.

Sin embargo, producto del agotamiento del modelo rentista petrolero, y el boicot económico nacional, no pocos trabajadores del campo libran una verdadera batalla en la guerra económica, mientras el panorama político - productivo, pareciera lucir como un río revuelto.

Y aunque todos vivieron los tiempos de bonanza de la República, unos pocos prefieren aguardar hasta que “aclaren las aguas”, mientras la mayoría se arma de valor para adaptarse y sobreponerse a los tiempos de crisis, dando siempre un paso adelante en la producción.

Lo que estamos viendo ahora es el quiebre de un modelo económico y el surgimiento de otro”, refirió Joffre Alvarado, director de la Unidad Territorial Agrícola - Yaracuy, del Ministerio del Poder Popular para la Agricultura Productiva y Tierras, quien agregó: “para entender el presente, debemos entender el pasado. La política neoliberal del pasado nos llevó a lo actual”.

De lo amargo a lo dulce

Un ejemplo de lo anterior, son las infraestructuras agroindustriales estatales creadas en los años 70, 80 y 90, que “fueron objeto de un proceso de privatización en la Cuarta República, y estuvo caracterizado por la desinversión, trayendo como consecuencia la obsolescencia de equipos y merma en la producción, y hasta ahora podemos ver sus efectos”, aseguró Alvarado.

El caso más palpable, son las centrales azucareras, para el caso del estado Yaracuy, el Gobierno Bolivariano, a través de la CVA Azúcar ha hecho grandes inversiones en el Central Santa Clara, a fin de poder devolverle al pueblo una industria con capacidad no solo de refinar azúcar, sino de moler la caña de azúcar, siendo esta última una de las principales razones de su creación. 

El mencionado central, anteriormente llamado Río Yaracuy, trabaja por la recuperación de la superficie de caña de azúcar, con la siembra de 600 hectáreas de caña - semilla, que serán para fundar unas 6 mil hectáreas en las unidades de producción de nuestros cañicultores, a fin de ampliar la cantidad de materia prima disponible en campo.

Cereales, bandera de justicia

El Comandante Hugo Chávez, los campesinos y la revolución plasmaron una huella imborrable en la historia de los cultivos de cereales en la entidad yaracuyana, tras la promulgación de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario en el 2002, done muchas tierras subutilizadas, pasaron a producir maíz blanco, en una entidad donde prácticamente se producía caña de azúcar y lo demás se traía de otras regiones del país.

Una muestra de ello es que en los anteriores gobiernos de la Cuarta República, el Estado, o la banca no apoyaba a los productores de maíz. Esto era verdaderamente un cultivo marginal, y los números lo comprueban: Solo 400 hectáreas se financiaban antes, incluso hasta el último período del entonces gobernador, hoy prófugo de la justicia, Eduardo Lapi”, precisó Alvarado.

En contraste con el pasado, hoy, la revolución apoya a más 3000 de productores, fundamentalmente pequeños y medianos, con un sistema financiero mixto, tanto de capital público como de la banca social y privada, para la siembra de 22 mil hectáreas en todo el Valle de Yaracuy.

Por otra parte, tras un certero golpe a los monopolios de insumos que controlaban el mercado para la siembra, el almacenamiento y distribución del maíz desde los silos, el Gobierno Bolivariano, abrió mucho más el compás de posibilidades para elevar la participación de pequeños y medianos productores en las zafras maiceras, con la nacionalización de la cadena de silos y tiendas Agroisleña, y la recuperación de los silos estatales de manos de los privados, prácticamente desmantelados.

Y por si fuera poco, lo que terminó de transformar y consolidar el sector cereales, fue la creación de una infraestructura de mecanización, con la Empresa Socialista Pedro Camejo a nivel nacional, la cual ofrece desde entonces a los productores, verdaderos precios justos para en la preparación de suelos, cosecha, transporte y otras labores agronómicas.

Rescate del petróleo yaracuyano

El café, conocido en la historia como el petróleo de Venezuela antes del siglo XIX, hoy tiene en la región un porvenir mejor, con el rescate y puesta en marcha de un central de beneficio para el lavado, despulpado y clasificado de los granos de café, además de la construcción e instalación de varias torrefactoras entre comunales e industriales, y la dotación de  despulpadoras en zonas estratégicas para el comercio de este rubro.

Pero antes de todo esto teníamos el peor panorama para nuestros caficultores: Un central de beneficio destrozado y obsoleto, que le costó al Estado muchos recursos y tiempo para su recuperación, producto de la misma privatización y la desinversión. Además, un sector productivo deprimido, porque no había como darle valor agregado a este rubro, mientras los intermediarios aprovechaban para comprar al más bajo precio”.

Gracias a un trabajo integral que ha venido haciéndose desde la Corporación Venezolana del Café y el Plan Especial Café Yaracuy, de la Gobernación del Estado, los precios del café en el país están mucho mejor ahora, y dicha política ha beneficiado a los caficultores yaracuyanos: “Los caficultores también son capacitados para fortalecer sus conocimientos, a fin de mejorar la calidad de su grano, mejorar sus cultivos y preservar el ambiente, fuente vital de su medio de subsistencia”, añadió Alvarado.

Potencia en cítricos

El estado más pequeño del Centrooccidente, es el primer productor de este renglón, y eso se debe no solo al conocimiento y esfuerzo del sector privado y productores comprometidos, sino también de un gobierno que ha favorecido los caminos para su crecimiento económico industrial, refirió Joffre Alvarado.


Aseguró, que hay convenios en plena ejecución entre el Gobierno Nacional, Regional y los citricultores organizados, para el suministro de insumos, agroquímicos, asesoría especializada y  financiamiento, que han impulsado sin duda los niveles de producción, y ello trajo como consecuencia la inversión de capital privado y construcción de al menos tres plantas procesadoras de frutas en la región en los últimos 15 años.

Recientemente se ha suscrito un convenio entre el Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas y la asociación de citricultores Afruvaya, para la producción de plantas libres de enfermedades, mediante la construcción de casas de cultivo protegido, que permitirá a los productores la renovación de los cultivos, la introducción de variedades más resistentes en campo y frenar la proliferación de enfermedades endémicas”.


Nuevas tendencias agrícolas

El director de la UTA – Yaracuy opinó que gracias a este proceso de crisis, la inventiva del pueblo productor se ha incrementado. “Nuestra región es conocida actualmente por ser un productor de cítricos, caña y maíz, pero de hortalizas nada se sabía. Aunque ya algunos producían pimentón y tomate, ahora más productores, apoyados por entes como el Consejo Federal de Gobierno, han incursionado en rubros hortícolas como la cebolla en municipios como Páez y Trinidad, lo que ha despertado el interés de muchos”.

En el campo de las leguminosas, los productores han dado pasos agigantados para el aseguramiento de insumos clave como la semilla, creando asociaciones de productores que les han permitido intercambiar y rescatar distintas variedades autóctonas, para su reproducción soberana.

En el campo pecuario, la región promete importantes aportes a la mesa de los venezolanos, mediante un proyecto de activación de más de 150 cuerpos de agua para la producción de cachama. Asimismo, ha sido notorio el fortalecimiento del conocimiento para el impulso a la producción lechera que va a dar resultados en un mediano plazo, además de grandes inversiones privadas en el sector avícola y un avance notable en la producción cunícola comunal.


Cara a cara con Joffre Alvarado



- Dado que usted también es un productor y simultáneamente desempeña un rol en la dirección de la UTA, ¿qué le sugiere a los demás agricultores?

- Estamos ante el nacimiento de un nuevo modelo económico, distinto al capitalismo. Quienes apostamos por la producción, sabemos que el dicho “tiempo de crisis, mundo de oportunidades”, se cumple. En función de ello puedo decir:

  1. Que siembren. El que siembra y produce le va a ir bien.

  1. Aprendan de agroecología, ya que esta ciencia les permitirá liberarse de la dependencia de los agroquímicos y otros insumos, que, por lo general dependen de las importaciones del Estado venezolano, y ahora se ven afectadas por el bloqueo internacional que nos tienen.

  1. Realicen estudios de suelo para saber qué decisiones deben tomar en sus unidades de producción.

  1. Ejerzan una verdadera contabilidad y administración de recursos en sus fincas, para que progresivamente funcionen de forma autónoma y puedan ayudar a otros a progresar, tal como la Revolución le depositó esa confianza.

  1. Agrúpense en asociaciones de productores, ya que en unidad los productores pueden combatir mejor las plagas y enfermedades, comprar insumos más económicos, y mejorar tanto las técnicas como los cultivos mediante el intercambio de saberes.




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