En marzo de 2016, trascendió en los medios de comunicación públicos y privados la denuncia realizada por trabajadores de las platas de Johnson & Johnson de Venezuela sobre el sabotaje en la elaboración de productos de primera necesidad.
Ésta transnacional, así como otras que operan en Venezuela, persigue como fin inmediato la distorsión de la distribución y comercialización de productos como toallas sanitarias, champú para bebés o cotonetes, para crear malestar en la población y desencadenar una reyerta social a causa la escasez de estos artículos.
A través de un comunicado difundido el 21 de marzo por el Sindicato de Trabajadores de las Empresas de Manufacturas de Productos para la Higiene y Cuidados Personales Similares y Conexos del estado Carabobo (S.U.T.E.M.P.H.C.P), miembros de la clase obrera de Johnson & Johnson, afirmaron que ésta empresa se ha prestado a la desestabilización y al golpe económico contra el Gobierno Bolivariano, sin importarle la estabilidad de los trabajadores que se han visto removidos de sus cargos por no ser productivos en la jornada.
Ésta situación se suma al ya conocido modus operandi de transnacionales como Colgate-Palmolive y los fabricantes de neumáticos Bridgestone, Firestone y Pirelli que han activado estrategias para provocar escasez en Venezuela mientras aumentan sus ganancias y contribuyen a la guerra no convencional que enfrenta la nación.
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