La Orquesta Sinfónica Vicente Emilio Sojo, cantores, cantoras y trovadores larenses entonaron canciones como: Los que mueren por la vida, Caña clara y tambor, No basta rezar, Techos de cartón, Canción mansa para un pueblo bravo, Canción Bolivariana, América Latina Obrera, La Patria es el Hombre, Comandante Amigo, entre otras; las cuales fueron ovacionadas por el público presente.
Entre aplausos, cantos y consignas para el cantor del pueblo, Alí Primera, se llevó a cabo el emotivo y maravilloso concierto musical “Alí Primera Sinfónico” en el majestuoso Teatro Juares de Barquisimeto; evento organizado con motivo del aniversario n° 81 del natalicio del padre cantor Alí Primera.
En este sentido, Freddy Silva, Director del Conservatorio y de la Orquesta Sinfónica VES, expresó: “Estamos felices y llenos de mucho regocijo al alcanzar un nuevo logro artístico como lo es el Alí Sinfónico, donde se sumó la juventud que representa la Orquesta Sinfónica VES, los diferentes coros y la trayectoria de los grandes cantautores larenses, para brindar tributo a este gran cantor y poeta”, aseveró que esta iniciativa reivindica la labor de todos los cantores que han hecho vida en el estado Lara y que han sido legados para mantener viva la “canción necesaria”, como la llamaba Alí.
Asimismo, Ramón Suárez, presidente del Teatro Juares, manifestó: “Celebrar un Sinfónico en honor a Alí Primera en este espacio cultural es algo espectacular. Esta triada que tenemos Concultura, Conservatorio y Fundación Teatro Juares ha hecho hoy algo que no se había visto y donde la colectividad larense pudo venir y disfrutar de un espectáculo único. Todo esto gracias al apoyo del Gobernador Adolfo Pereira, quien siempre está allí con la motivación para seguir trabajando por y para el pueblo de Lara", puntualizó.
Por su parte, Alí Alejandro Primera, cantautor, diputado de la Asamblea Nacional (AN) y miembro de la Comisión de Cultura y Recreación del Parlamento Venezolano, declaró: “Este hermoso concierto refleja, sin duda alguna, la bienvenida al canto de Alí por parte del pueblo de Lara. Alí Primera se hace presente en todas las canciones y géneros, en el Tamunangue, en los Golpes, en toda esa creatividad amorosa que tienen los músicos larenses; pero también en esa conciencia colectiva que tiene el pueblo", subrayó.
Felicitó a la Orquesta Sinfónica VES por tan extraordinario trabajo, ensamble, sonoridad y cohesión, “es impresionante el trabajo artístico y musical que vienen haciendo estos jóvenes de la mano del profesor Freddy Silva. Avizoro un futuro luminoso para todos estos talentos venezolanos", concluyó.
Asimismo, el Maestro de maestros, Efraín Barragán, resaltó: “Este concierto es un hecho sin precedentes, es impresionante como cada uno de los cantores y trovadores pusieron su granito de arena para lograr este gran homenaje a Alí Primera. Nos sentimos muy complacidos y agradecidos con tanta entrega, compromiso y sentimiento patriótico”, según nota de prensa del Conservatorio Vicente Emilio Sojo.
Caleb y sus voces
La agrupación Caleb con más de cuarenta años de historia musical y cultural se sumó con sus voces a la orquesta Vicente Emilio Sojo y ofrendaron al pueblo larense con las interpretacines al cantor del pueblo. El profesor Eseario Sosa y demás integrantes mostraron su satisfacción y orgullo en contribuir con el legado del luchador social venezolano.
Reflexiones</b> ¡Alí por siempre!
Discurso de orden del diputado ante la Asamblea Nacional Alí Alejandro Primera, durante la sesión especial con motivo del 81 aniversario del nacimiento del Cantor del Pueblo Alí Primera. Dicho acto fue organizado por el Consejo Legislativo del estado Lara bajo la presidencia de la diputada Elimar López.
A continuación se presenta el contenido del referido discurso.
¡Queridos hermanos del Consejo Legislativo del Estado Lara!
¡Querido pueblo Larense!
¡Camaradas todos!
¡Cultores todos!...
Hoy 2 de Noviembre de 2022, en este Teatro Juares, me siento regocijado en asumirme amador de esta tierra sonora, tierra que se debate entre el páramo y el semiárido, entre el llano y el bosque húmedo, entre la sierra y el valle, es decir tierra mágica que con su gente buena, iluminó el camino de uno de los hacedores de sueños, de esperanzas, de amaneceres, de cantos, de humanidad, más amado en nuestra Venezuela como lo es nuestro cantor Ali Primera.
Estas palabras llenas de un honor profundo, como el que pronuncia en sus labios y en su accionar, la palabra patria; esa palabra me llena de compromiso, porque eso era Ali Primera, patria. Ese honor que Ali defendió con hidalguía cuando se situó al lado del campesino, del obrero, del artesano, del militante revolucionario, del pescador, del estudiante, de la masa que necesitaba dirección y cause revolucionario para su eterna emancipación y redención. Allí está Ali, en cientos de colores y miles de conciencias.
Por eso hemos tratado a lo largo de estos años hacer un análisis cada día más parecido al Ali Primera que nos tocó conocer o interpretar en nuestra vertiente de vida a su lado, al lado de su canción, al lado de su gran humanidad.
A Ali lo hemos aprendido a amar cada uno en su pecho, por eso Ali se va configurando según el vértice en que estamos situados, en otras palabras, la trinchera que nos toca defender, la atalaya que nos toca construir, pero en definitiva todas forman parte de la misma Guerra que está librando el mismo corazón que bombea la misma sangre en estos momentos a toda la humanidad.
Particularmente no me considero un Alilólogo de oficio, no vengo tampoco a enarbolar ninguna patente de corso o un título nobiliario por alguna herencia umbilical que me une al cantor. He venido simplemente a seguir desnudando con ustedes la importancia mayor que sigue significando que este pueblo haya tenido en su seno a uno de los cantautores más prolíficos, a uno de los revolucionarios más auténticos que haya tenido el pueblo venezolano.
Si nos vemos desde la óptica histórica que ha venido desempeñando el papel de Bolívar como icono de la gesta libertaria de la Patria, allí podemos ver a un Ali que baja de los pedestales a los héroes de Carabobo y, si queremos ser más irreverentes aun en esa canción, Ali dinamita los panteones donde se pretendió guardar la historia gloriosa de nuestros hombres y mujeres, la canción de Ali se robó el cerrojo para que pasara todo el pueblo a cabalgar junto al jinete hermoso que describiera acertadamente Luis Suarez Guaraguao en su canto a Bolívar, caballo de mil colores, caballo bien bonito de Aquiles Nazoa, con su libro abierto y sus carajitos Goyito preguntones. Y es que la canción Bolivariana se hizo fuerte aquí en Lara, en las voces de Carlos Ruiz, Jesús Páez, el Carota Ñema y Tajá, Araucara y tantos otros hermanos que aún hoy siguen enarbolando y defendiéndola de los traficantes de la esperanza de nuestro pueblo, como aquel inefable personaje con pinta de progreso pero que al final le cavan una tumba al pensamiento Bolivariano y construyen festivales dizque culturales pero que reflejan un alto repudio por la cultura popular. Ojo con eso hermanos.
Otro estandarte de la canción de Ali es la definitiva construcción de un modelo socialista como opción para enfrentar los males del capitalismo. Esta inquietud le vino no solo en su tránsito por la universidad combativa de los 60, ni siquiera por su periplo de aproximadamente un quinquenio por la Europa influenciada por el modelo soviético y el mayo francés. Yo creo que esa sensibilidad vino por su temprano contacto con las penurias de ser campesino y huérfano de padre allá en Paraguaná.
Su cercanía con el pescador que mandaron a pescar lejos, porque la Rockfeller oil Company que construía campos de golf privados en la bahía de Adaro y el joven Ali limpiabotas y maletero en Caja de Agua, no podía explicarse tanta desigualdad y el por qué el obrero discípulo de Jesús Farías solo podía recibir un mísero sueldo a pesar de su esfuerzo.
Su temprana llegada a la Caracas de la casa de vecindad donde su hermano policía (valga la cuña mi padre) abrigó al familión que se vino buscando un pedacito de la miseria urbana, “por su derecho de buscar una salida, y la miseria en la ciudad” también lo influenció. De allí su amor por la tierra, de allí también la descripción poética de su paisaje, de su Falconia, el mismo Ali que describió al Gallo Pinto comiendo flores de siempreviva, con el mismo turpial que se alimenta del fruto de los cardones en tricolor conversa con el Requinto en el Tamunangue. Es el Ali que cuando viajamos a Cunaviche nos sigue diciendo que a pesar de no llevar arpa y alpargatas lleva una descripción total del llano venezolano, que solo podemos comparar con Alberto Arvelo o Rómulo Gallegos.
Es ese Ali, el que hoy gravita en la defensa de la madre tierra. No podemos entender cómo late nuestro planeta sino somos capaces de apreciar la llovizna que moja nuestro rostro, el diálogo sonoro de nuestros pájaros y la alegría de la cosecha o de cuando las iguanas se aparean. Fue Ali entonces un gran observador de su entorno y empezó a conectar con la agresión que sufría el hombre y su paisaje, allá debe estar en el cielo junto al Guarda Planeta Jesús Gordo Páez tratando de resolver la ecuación posible entre la humanidad y nuestra Casa Grande.
Ali hizo la conexión inmediata con su conciencia y construyó su propuesta social y humana que tuvo en su canto la autopista necesaria para llegar derecho a la identidad de nuestro pueblo.
¿Si hablamos en términos numéricos, por qué Ali no recibió un Grammy Latino allá en mayamis si fue un fenómeno de venta de discos en Venezuela y en este continente, por qué la mafia mayamera le negó la visa para pedir la independencia de Puerto Rico? Por qué el pueblo todo hizo suya El Tin Marín como la canción más difundida casi un año en hit parade de entonces. Es decir en códigos actuales era un influencer pues.
Aquí me detengo en lo local y me hago la siguiente pregunta: ¿Qué influyó para que aquí en Lara el canto de Alì haya florecido tanto? Seguro ustedes se hicieron ya esa pregunta, al igual que los Zulianos, Los Orientales, Los Falconianos, Los Andinos. Estoy seguro que ustedes tienen la respuesta también, porque defenderán desde estas instancias socio políticas la posibilidad que cada día ese gentilicio esté más arraigado y reconocido en la venezolanidad, lo que nos nombra como nación.
Ali entendió que la utilización de esos códigos culturales era la mejor manera de que su canto entrara en la conciencia y en los corazones de ese pueblo, que a pesar de las adversidades nunca perdió la alegría y la esperanza, ni ha dejado de amar su tradición. Por eso esa canción es cultura popular también, no solo plantea el hecho político ideológico que la industria del entretenimiento llamó canción protesta. Aquí quiero saludar a uno de los primeros guaros que lo recibieron, los hermanos bolivarianos Wilmer y Pillo Peraza.
En un tono reflexivo yo creo que Ali nos decía que su canto no era un canto o una canción malcriada, lastimera, sino que, por el contrario, tenía ese carácter desinhibido, catalizador de la esperanza y del combate por la vida. Son millones de personas en el país que afirman que el canto de Ali los formó políticamente, que conocieron de la existencia y del legado de seres luminosos como Zobeida La Muñequera, a Don Pío Alvarado, a Luis Mariano Rivera, a María Rodríguez, a Armando Molero, entre otros, gracias a esa canción. Por eso afirmamos objetivamente que esa canción es identidad cultural pura. Los cantores de esta patria así lo afirman en su gestualidad, en su forma comprometida y ese respeto enorme que sienten por el pueblo, en la lucha que han mantenido los que aún siguen cantando, en la camada generacional que viene creciendo a la luz de esa canción y que nosotros hoy somos protagonistas y estamos también observando en la primera fila del combate, sino pregunten a esa autoridad que en materia juglar tenemos aquí en Lara para bien de toda Latinoamérica, y hablo de nuestro Carlos Ricardo Cisterna.
Decir Ali y nombrarlo solo a él sería injusto, porque lo descontextualizados en su cosmogonía junto a los artistas populares, junto a los estudiantes, junto a los trabajadores y campesinos de esta patria, junto a los que hacen revolución desde su trinchera. Yo solo quiero nombrar a uno de esos amigos entrañables de Ali que ya no está y que lo amamos mucho, hablo de nuestro hermano Adelis Freites, a quien por cierto debemos también rendir todos los homenajes posibles por sus aportes al canto venezolano.
El canto de Ali debemos mantenerlo junto a la cotidianidad de nuestro pueblo, sacarlo de la burocracia donde lo han querido encasillar, no es una patente solo de nuestros actos de agitación oficial, no es una franquicia solo de nuestro partido, no es solo para la siembra de nuestros camaradas, porque si no lo estaremos condenando a la extinción, y vendrán otras expresiones que se han posicionado en la conciencia de las masas y nosotros hemos querido amplificar con esto de lo “popular” meneando nuestro esqueleto al ritmo del tiktok y lo que según el pueblo quiere. Si no somos capaces de dar el salto generacional necesario y no formamos a las masas para que también amen su identidad, entonces vamos en contravía.
Cuando Ali hacía un concierto en una universidad para los jóvenes, lo hacía haciendo un canto para la Mamá Pancha y eso no envejecía su canción, por el contrario, la hacía más cotidiana, más necesaria. Es decir, no solo los nostálgicos estamos aquí reunidos, sino los que hoy protagonizan el encuentro necesario en el contrato social que llamamos constitución.
Chávez nos ayudó a parir ese contrato social y tuvo en la canción de Ali Primera sembrado en todos nosotros, una canción amiga que pregonó de forma temprana la buena nueva de la Revolución Bolivariana. La cuarta raíz clamamos para que esa canción tenga ese reconocimiento. El Ali de mi imaginario estuvo en los hogares que eran allanados un 27 de febrero o años más tarde cuando el comandante irrumpía en la escena política o hace 30 años por estos días un F16 rompía la barrera del sonido de la mano de un Comandante que luego sería Gobernador de este estado.
La canción de Ali sigue convocando a las fuerzas populares a la unidad, en estos momentos en que las circunstancias objetivas que vive el país nos son adversas, “no les pido que se unan sólo en tiempo de elección”. La unidad en torno a la canción de Ali es posible, porque es una convocatoria respetuosa, vertical, infranqueable en cuanto a la doctrina principista y profundamente amplia y solidaria, les pido que hagamos ese ejercicio, en momentos históricos donde pareciese que existe una conducta irresponsable de los imperios en decadencia que pretenden llevarnos al abismo y a la extinción total, o es que acaso las Guerras que hoy azotan al planeta no forman parte de ese guión, o es que acaso la reciente pandemia no es un producto bien elaborado de los creadores de las “bombas de neutrones que solo mata gente según dicen”.
Debe renacer esa canción con más fuerza en este tiempo, con los aires que nos tocan, incluso con la estética audaz que nos permita tomar por asalto las tecnologías de la información. No de una forma falaz y apresurada, sino con toda la certeza y el tino afinado en el camino a seguir, incluso desde lo espiritual. Hace unos días vimos como pareciese venirse a este continente una nueva oleada de movimientos sociales progresistas (suena mejor que decir de izquierda, es más potable según), ni la manipulación religiosa en Brasil “América Latina obrera” pudo detener ese avance.
Eso abre nuevamente el debate en torno al desmoronamiento definitivo del capitalismo en su fase superior. La canción tiene una responsabilidad infinita en este tiempo. La canción de Ali debe seguir al lado del pueblo para formarlo para proteger a los pueblos originarios, para seguir protegiendo a la niñez, a nuestros bosques y ríos. La canción de Ali sigue en Centroamérica, en Colombia, en el Chile que sigue mirando el mañana aunque le saquen los ojos, en la Argentina compleja, en el México de Gabino Palomares, en la Cuba luz de este continente, es nuestra herencia.
Yo me siento contento porque en los cuarteles nuestros soldados cantan Cuando Las Águilas se arrastren, nuestros niños en las escuelas El Lunerito, nuestros ambientalistas Esquivo Dos, Abran La Puerta. Nuestros muchachos La Patria es el hombre y hoy nosotros debemos cantar sin complejos Los Techos de Cartón para irnos a los Caseríos y los barrios para decirle a nuestros hermanos que han perdido su vivienda y seres amados, que aquí está un pueblo Ali Primera no que luchará junto a ellos para labrarnos juntos un mejor porvenir.
Estas palabras hermanos si tienen una alta carga ideológica, pero no sectarias, porque si algo tuvo Ali en su amplitud es que nos dijo, Yo te digo camarada por encima de la idea incluso luego de sufrir cárcel, tortura, censura y veto. Ese es nuestro Ali, el de la tomusa, el de los jeans, el de los lentes oscuros, el de la camisa abierta, el de la voz ronca, el militante revolucionario, el internacionalista, el hermano solidario, el marxista el cristiano el Bolivariano, el de todos nosotros, el del garrote del tamunangue, el del palo de cocuy, el de los amaneceres, el de la universidad, el del mar, el paraguanero, el de todos nosotros FIN. Compilación y publicaión Carmen R Luzardo R.
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