Este pasado domingo 29 de Septiembre se nos adelantó en el camino la Obispa Amelia Rodríguez de Sosa, gran mujer perteneciente a La Unión Evangélica Pentecostal Venezolana (UEPV), con 99 años de trabajo y testimonio, dando ejemplo vivo de cómo servir al prójimo y en la lucha por los mas desposeídos con los que por muchos años convivió.
Nació un 17 de diciembre de 1921 y el 29 de agosto de este año 2021 se fue a descansar en los brazos del Señor, luego de haber criado una familia grande, tanto de sangre como la familia de la iglesia, la cual reconoció su trabajo de años dedicados a la iglesia siendo nombrada Obispa Emérita, rango que a muy pocas mujeres dentro de la iglesia cristiana se les ha otorgado. Cofundadora de la UEPV, junto a su esposo Exeario Sosa Luján en el año 1957, vio nacer el proyecto de iglesias que junto a otros y otras pastoras lograron instaurar en el país.
Reconocida como una de las mujeres evangélicas de la primera generación en el occidente del país, donde el misionero Geother Federico Bénder creó el hogar de paz, lugar en el cual Amelia se crió debido a que quedó huérfana en los primeros años de su vida y a partir de allí comenzaron sus primeros pasos en los caminos del Señor.
Gran mujer que supo afrontar los desafíos de la época de dictadura y a la vez criar y educar una familia, que casi siempre era extendida ya que aunque tenían poco siempre compartían con alguien que tenia menos que ellos. Criada por los misioneros fue educada en el hogar de paz y allí aprendió a tocar el órgano acústico que luego se convirtió en el teclado, organizando coros infantiles en el campo donde vivió.
Aunque de carácter fuerte, siempre había una sonrisa y un consejo en boca de “La Pure”, como la llamábamos cariñosamente los más allegados, siempre predicando con el ejemplo La Pure Amelia nos deja como desafío el como enfrentar las adversidades y resolver los problemas cotidianos, siempre con una sonrisa, con entereza y valentía. Hoy damos gracias a Dios por habernos permitido acompañar a “La Pure” en esta última década de su vida donde pudo disfrutar de la compañía de sus hijos, hijas, nietos, bisnietos y tataranietos quienes afrontan su dolorosa partida.
Por estos días de pandemia hemos tenido que ajustarnos a como son las cosas en cuarentena, en La Piedad de Cabudare en el Estado Lara, en el Centro Pentecostal Bolivariano Bénder realizamos los servicios fúnebres con una nueva modalidad de conexión virtual, donde se hicieron presente vía online los pastores y pastoras de la UEPV que no pudieron estar presentes debido al tema de la pandemia, y otros tantos hermanos de la fe de otras latitudes como Chicago, Indianápolis, Costa Rica y Nueva York.
Hoy te decimos adiós Amelia, Pure, Maita, doña Amelia, Pastora, Obispa, que descanses en los brazos de tu creador a quien le dedicaste toda tu vida en servirle a través las acciones y ejemplo con tu prójimo. Dios te bendiga…
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