Henri Falcón está a las puertas de su primera derrota electoral.
Esta frase casi lapidaria no es una sentencia de que Falcón perderá las
elecciones de este domingo, pero no cabe duda que jamás ha estado tan
cerca.
Desde el 2000 hasta este 2017 Falcón ha sido dos veces
alcalde y dos gobernador, primero con Chávez, luego con la oposición. Ha
gobernado durante 17 años consecutivos, marca que creo no tiene ningún
dirigente político en la Quinta República.
Falcón fue un buen alcalde pero un pésimo gobernador. Para
mí tuvo una gestión aceptable como burgomaestre, para otros fue
realmente buena.
Como gobernador Henri Falcón ha sido francamente un
desastre, el servicio de agua potable es probablemente su más grande
"talón de Aquiles", escaso, malo y caro. En seguridad, educación y
confiabilidad política tampoco pasa la prueba.
Si bien su carrera política la inició en el portaviones
Hugo Chávez, también es cierto que su última reelección como gobernador
la hizo desde las filas de la oposición y eso tiene su mérito no sé si
político pero sí electoral.
En las elecciones de gobernadores del 2012 el chavismo hizo
una campaña vistosa, como normalmente suele hacerlo este sector
político. No obstante, en esa ocasión funcionó lo que algunos llamaron
el "voto silencioso". Falcón ganó con el 54,35 de los votos.
En esta campaña electoral el chavismo también ha destacado por la vistosidad de su campaña, por su mensaje de esperanza.
Aunque ese mensaje es clave, en esta ocasión creo que pesa
mucho la mala gestión pública de Falcón como gobernador y su gran
desgaste como político.
Esto último no significa que Falcón será un contrincante
fácil de vencer este domingo 15 de octubre, lo oposición sigue teniendo
un núcleo duro y él sus seguidores más fieles.
Las elecciones de este domingo seguramente serán como una
carrera de Fórmula 1. En esta especialidad deportiva cada segundo
cuenta, así mismo en esta carrera a la gobernación de Lara CADA VOTO
CUENTA
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